julio 28, 2005

El mey-san-kwey, cortometraje chileno




Escrita, producida y dirigida por Poxi

La carátula que ven corresponde al cortometraje "El mey-san-kwey", de Casino Producciones, una productora de Tierra Amarilla. Con la actuación de Nadayeth Carpio, Antonio Díaz, Poxi, Moisés Ahumada, Consuelo Chávez y Jerovan Castro.

Duración: 20 minutos
Co Producción: Tatiana Herrera
Efectos de piso: Jesús Ahumada
Iluminación: Blas David Porcile
Música: Poxi
Efectos visuales: Rolando Yañez.
País: Chile, Tercera Región. 2005

El cortometraje, que está en DVD, fue auspiciado por: Hotel Cabañas y los Jardines de Bahía Inglesa. Los menciono porque no es fácil que las empresas privadas apoyen proyectos de este tipo. Es importante destacar que en la zona de Atacama hay bastante actividad audiovisual.

Comentario:

El film tiene un mérito, se entiende solamente por el relato en imágenes, lo que es un buen comienzo. Su historia trata de la persecución de un, aparentemente, policía que anda tras un pescador que algo esconde y que se ubican por medio de un aparato tipo “busca personas” y uno de ellos queda en poder de la protagonista femenina.

La narración lineal es simple y lógica, pero es obvia. El guión tiene debilidades en su estructura narrativa, como todas las películas chilenas que no saben realizar la puntuación de las escenas y las secuencias, pero visualmente la historia está bien contada a través de planos convencionales que se entienden y ángulos de toma que destacan algunas situaciones a través de códigos visuales tipo “thriller” pero no al ritmo que estamos acostumbrados a ver, ya que el montaje, formalmente bien hecho, mantiene un relato demasiado uniforme durante los 20 minutos que dura la película, sin hacer énfasis en determinados momentos que son importantes en el desarrollo de la trama.

En el montaje, o edición, es donde se arma definitivamente la historia, en el dominio hábil del tiempo para armar las estructuras de narración y también en el espacio, donde ocurren los hechos. Es un tema a trabajar para las próximas producciones.

Los personajes son débiles ya que no logran entrar en el personajes ni física ni sicológicamente, lo que atenta contra la credibilidad de la historia, al igual que la dirección dramática que necesitó más desarrollo. Lo que se ve también en el vestuario y los decorados que están poco trabajados. Los diálogos finales son un poco ingenuos.

La música y los efectos sonoros están realizados al servicio de la historia y cumplen su objetivo. Lo mismo que los efectos visuales bien logrados, cuando el film adquiere un carácter de ciencia ficción. Hay que trabajar más la música, los efectos y los diálogos en función de la historia contada para lograr capacidades expresivas importantes,

La dirección de fotografía no está realizada con intención de comunicar ni apoyar los hechos dramáticos. Es plana, considerando que su función en el cine es crear la expresividad de la imagen, o sea, la atmósfera para involucrar al espectador.

Hay detalles que deberán perfeccionarse para las próximas producciones.

La realización de un film implica la creación de emociones en el espectador para que este se involucre y crea lo que está pasando en la pantalla a través del contexto mental y sicológico. Para realizar una obra válida en el dominio del arte cinematográfico, no basta con rodar una escena preparada. En el lenguaje de las imágenes, el cine está fundado en una elipsis permanente. El cine es estético. Todas las imágenes pueden significar más de lo que muestran. Toda realidad contada, suceso o gesto es símbolo o más exactamente signo en mayor o menor grado. El significado de una imagen depende en gran parte de las contiguas. Toda imagen implica más que explica a través de las metáforas y los símbolos que se emplean.

Este cortometraje es un buen apronte. La historia esta bien contada. Ahora hay que empezar a crecer aplicando los conceptos de la estética cinematográfica en todos sus aspectos para alcanzar la categoría de obra fílmica que es a donde deben apuntar sus realizadores.

julio 20, 2005

La guerra de los mundos


Un sobrecogedor espectáculo de “marcianos”

La película es una versión moderna del clásico de H.G. Wells y nos muestra la batalla que se libra para salvar al mundo, contada a través de las peripecias vividas por una familia estadounidense y su lucha por sobrevivir. Todo comienza cuando estalla una inesperada tormenta eléctrica. Ese día, como otro cualquiera, se convierte en el más extraordinario ataque extraterrestre contra la Tierra.

La historia representa la fragilidad de la familia, nuestros miedos, la férrea voluntad de supervivencia y nuestros limitados e impotentes recursos frente a algo tan enorme que parece casi imposible plasmarlo en una pantalla y que paulatinamente cobra dimensiones insospechadas.

Spielberg utiliza la enorme variedad de recursos cinematográficos a su disposición para entregar un impresionante espectáculo visual, en el que describe de manera simple la forma en la que una raza extraterrestre, más avanzada que nosotros, casi nos borra de la faz de la Tierra, con una superioridad que obliga a una necesaria reflexión de humildad.

Recrea, con acierto, un ambiente propio de una película de catástrofes mezclado con el género de la ciencia ficción. En ella describe, con gruesas pinceladas, a personas que a través de sus personalidades viven la tragedia del ataque en una cuidada descripción de esa tormenta que cubre el cielo, seguida de una sucesión de rayos provocando en todos una angustiosa sensación de intranquilidad, que llega a su momento cumbre en la impresionante escena donde emerge del suelo la primera máquina invasora causando una enorme destrucción para el espanto de sus habitantes.

El infierno se desata en un relato visual a base de planos subjetivos, movimientos de cámara exactos y una cuidada puesta en escena que permite, al espectador seguir, con precisión todo lo que va aconteciendo, en una mezcla de impotencia y angustia.

Los decorados son impresionantes, al igual que los efectos visuales con imágenes reales y un movimiento de masas similar a los que se ven en las películas de guerra cuando los judíos huyen de los alemanes. Todo ello con un montaje expresivo y rítmico. En este punto, lo más destacado del filme es el momento que entremedio de la multitud pasa un tren a toda velocidad incendiándose. Una escena digna de un clásico por lo que significa visualmente. Un acierto.

La banda sonora de John Williams, realiza una partitura atmosférica que en ciertos pasajes recuerda la música de Tiburón y donde priman principalmente los efectos de sonido. En este ambiente de imágenes que llenan la vista y que refuerzan con la banda sonora, nos encontramos con un Tom Cruise que no logra entrar en el personaje y que no convence.

En cambio, en el plano de la actuación lo mejor del film es la pequeña Dakota Fanning, un fenómeno de la interpretación, a pesar de sus once años, interpretando a Rachel, la hija de Ray. No existe nadie de su edad que trabaje tan bien y que sea tan intuitiva. Tiene un alma muy sabia, muy madura. Parece que fuera una consolidada actriz de 35 años. Sabe concentrarse y es capaz de sacar sus emociones.

La Guerra de los Mundos sólo es otra película comercial que promete entretención y reflexión. Steven Spielberg no pasará a la historia del cine como un maestro ni estará en el Olimpo de los grandes directores, pero sabe hacer películas entretenidas, bien contadas e impactantes. Y el cine es sólo eso: una fábrica de espectáculo y sueños.

Ficha técnica

Dirección: Steven Spielberg - País: USA - Año: 2005 - Duración: 116 minutos
Género: Ciencia-ficción
Actuación: Tom Cruise, Dakota Fanning, Miranda Otto, Justin Chatwin, Tim Robbins
Guión: Josh Friedman y David Corp. (basado en la novela de H.G. Wells)
Producción: Kathleen Kennedy y Colin Wilson
Música: John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Montaje: Michael Kahn.