“Volvía fantasmas a sus personajes y personajes a sus fantasmas”
Para entender el cine del legendario director sueco Ingmar Bergman, definitivamente, hay que saber de la estética del cine. Sus filmes no son para la mayoría del público. Se debe conocer el lenguaje del cine y desde allí leer los contenidos denotativos y connotativos de un mensaje fílmico que casi siempre se refiere a la incomunicación, la soledad, la muerte y la pobreza de la condición humana. Su cine sólo puede llegar al corazón y a las emociones de las personas a través del intelecto. La técnica de sus películas era precisa y exacta en los conceptos que intentaba transmitir, plasmando en imágenes desoladoras la irrealidad que surge de la subjetividad de la mente y el cerebro.
Bernardo Bertolucci aseguró: “se dirigió hacia una zona inexplorada que hasta entonces era coto privado de la literatura. Se trataba del lado más profundo del alma humana, con un blanco y negro que volvía fantasmas a sus personajes y personajes a sus fantasmas”
En su cine Bergman transmitía magistralmente sus traumas, angustias personales y su miedo a la muerte como resultado de la estricta educación religiosa que recibió de su padre, un pastor protestante puritano, lo que marcó su vida.
Se definió a si mismo como “un hombre cuyas películas ofrecieron una visión despiadada de un universo sin Dios”.
Sus filmes más destacados son: “El séptimo sello” (1956), “Fresas salvajes”(1957), “La fuente de la doncella”(1959), “Persona”(1966), “Gritos y susurros”(1972), “Escenas de la vida conyugal”(1974), “El huevo de la serpiente”(1977), “Sonata de otoño”(1978), “Fanny y Alexander”(1982) y “Saraband” (2003), su última película.
Una escena de "Persona", realizada en 1966, con Liv Ullman y Bibi Andersson.
El director, licenciado en Letras e Historia del Arte en la Universidad de Estocolmo, realizó 60 películas, 126 montajes teatrales y 39 obras para radio. En 1946 dirigió “Crisis” su primera película y en 1986 publicó sus memorias “Linterna mágica”.
En 1961 obtuvo el premio Oscar a la mejor película extranjera por “La fuente de la doncella”. En 1962, otra vez el Oscar por “Como en un espejo” y en 1984, por “Fanny y Alexander”, logra las estatuillas por mejor película extranjera, mejor fotografía y dirección de arte y vestuario. También fue nominado a los Globos de Oro como mejor director por el mismo filme.
Bergman fue el mejor artista cinematográfico y el más significativo de toda la historia del cine.
El creador de un lenguaje cinematográfico único e irrepetible, murió a los 89 años en su casa en la remota isla de Färo, en la costa de Suecia, donde vivía desde el 2002, acompañado por su propia película: el silencio y la soledad.
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