El cine que vemos hoy está fundamentalmente basado en la tecnología computacional y los efectos especiales. Pero hace más de un siglo hubo un precursor que utilizó muchos de estos recursos basándose, solamente, en su ingenio y creatividad. Un recuerdo para él.La primera función de cine tuvo lugar el 28 de diciembre de 1895, en el sótano del Gran Café de los Capuchinos, en París. Fueron 35 espectadores los presenciaron aquella exhibición de los hermanos Lumière. Entre los asombrados asistentes a la histórica proyección estaba Georges Méliès, prestidigitador experimentado y director de teatro de ilusionismo, quién quedó muy impresionado con el invento que estaba viendo. Desde ahí, y muy motivado, comenzó a filmar y experimentar.
Un incidente casual lo convirtió, tiempo después, en un maestro en el manejo de la cámara y del truco en la pantalla. Mientras proyectaba una película filmada días antes vio con asombro cómo un autobús se transformaba bruscamente en una carroza fúnebre. Después de reflexionar un poco, descubrió que la película se había detenido al momento de tomar las imágenes. El cine además de servir de documento de los hechos podía inventar una realidad que no existía.
Desde ese momento, en sus películas, Méliès utilizó las técnicas de sus shows de ilusionismo como trampillas, fuegos artificiales, decorados pintados, a lo que sumaba la magia del cine: sobreimpresiones, simulaciones de imágenes submarinas, exposiciones múltiples, disolvencias y fondos negros.
Sus films principales son
Le tunnel sous la manche, en 1907, de 350 metros dividido en 30 escenas, con diversos decorados sobre los que evolucionaban los actores y se superponían los trucos,
A la conquête du pole, en 1912, que narra una expedición al polo a bordo de un gigantesco artilugio volador,
Le Voyage a travers l´Imposible, en 1904, donde viaja al sol y
Le Manoir du Diable , el primer film de vampiros y el primer antecedente del cine de terror.
De sus películas se recuerda especialmente
El viaje a la Luna, filmada en 1902, en la que experimentó y perfeccionó el uso de trucos con la cámara para hacer aparecer y desaparecer objetos. Una inusual producción de 20 minutos de duración, dividida en 30 escenas.
El cine ya no sólo servía como posible representación de la realidad sino que también para engañar al publico, creando la fábrica de sueños. En ese momento surge el cine tal como lo conocemos ahora.
2 comentarios:
Hace un par de meses tuve la suerte de ver un video de los orígenes del cine en donde aparecía la primera grabación del tren de los Lumiere y El Gran Robo al Tren de Porter. Y claro, cinco cortos de Melies. Realmente todo era fascinante, pero lo de Melies me conmovió como pocas veces el cine lo hace. Él expermientó con un invento que aún no se sabía a dónde iba, creó una especie de pintura en movimiento que es casi hipnótica. Llega a estremecer el pensar que su obra cumple 100 años. Realmente es algo imperdible.
Muy buenos tus textos, de tu lista anterior he visto todo, soy un maniático del cine clásico. Saludos.-
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