Este señor no tiene teléfono en su casa y nunca manejó un auto. Con 89 años de edad, y sentado en su escritorio, recuerda que pasó la mayor parte de los años 40 haciendo clases en un liceo de provincia francés. Sus preferencias artísticas conceptuales están por el camino en la belleza, el azar, la duda y el amor ligero y también profundo de las parejas. Agudo, modesto y muy interesado en capturar el lado invisible de la realidad.
Piensa en las películas que le marcaron: “El signo del león”, “Mi noche con Maud”, “El rayo verde”, “La dama y el duque”, “Cuento de invierno”, “Comedias y proverbios”, “Cuentos de cuatro estaciones”, entre otras.
Este profesor de letras, con cansancio, se levanta de su escritorio y camina lentamente hacia su dormitorio. Al acostarse recuerda a sus amigos Godard, Truffaut y Chabrol y se duerme. Nunca más despierta. En el sueño se fue a vivir la eternidad. Solitario y sin dramatismo, igual que en el simple final de una película, Maurice Schérer comenzaba a entrar a la historia.
En el mundo del cine fue conocido como fue Eric Rohmer, su nombre artístico, es director de cine y autor de la filmografía más diferente e importante del cine francés (realizó cerca de 50 filmes). Fue crítico (Revue du Cinema y Cahiers du Cinema) y uno de los gestores de la nueva Ola Francesa.
Su cine, realista y natural, lo trabajaba con equipo liviano, pocos colaboradores y actores casi desconocidos. Nunca uso música incidental y sus relatos eran cronológicos, secuenciando un film con otro y con puestas en escena simples y efectivas para contar sus historias de la vida misma.
En el sueño se fue Maurice Schérer “alias” Eric Rohmer, baluarte de la Nueva Ola francesa.